Me resultó fascinante descubrir que las estrategias desarrolladas en el póker pueden aplicarse de manera sorprendente al enfrentamiento de las partes en un juicio.
Durante el confinamiento por el Covid-19, me reencontré con un libro sobre cómo jugar al póker, adquirido dos años atrás en una feria del libro.
Después de asimilar las reglas básicas, me sumergí en las estrategias, explorando la sabiduría compartida por expertos en varios libros. Para mi sorpresa, encontré numerosos consejos aplicables a la estrategia legal.
Uno de los temas clave en el póker y en los juicios es la toma de decisiones sobre cuándo apostar y cuándo retirarse.
Este paralelo entre ambos mundos destaca la importancia de analizar el escenario, calcular las probabilidades de éxito y evaluar el posible beneficio en relación con los recursos que deben invertirse para llegar a la sentencia, es decir, entender cuánto podría costar el juicio.
Los costos de un juicio están principalmente vinculados a tres aspectos clave:
- Tributos (tasas e impuestos judiciales): El monto de estos impuestos se relaciona con la importancia económica del juicio. Por ejemplo, en un caso de $100,000, los tributos representarán aproximadamente el 5%, mientras que en un caso de $1,000,000, los tributos serán del 1% o incluso menos. Quiere decir que cuándo la cuantía del asunto es elevada la incidencia de los tributos no es relevante, pero en cuestiones de cuantía reducida es un costo a tener en cuenta.
- Gastos durante el juicio: La magnitud de estos gastos dependerá en gran medida de la evidencia requerida. Simplemente interrogar testigos puede no generar gastos significativos, pero si se necesitan pericias de expertos o documentación extranjera legalizada, los costos pueden ser considerables.
- Honorarios del abogado: Hay varias formas de calcular los honorarios, considerando el monto del caso, su complejidad y el resultado del juicio. Algunas formas incluyen honorarios mensuales fijos para abogados permanentes en empresas, honorarios basados en el resultado del juicio (común en casos laborales), y honorarios acordados inicialmente, compuestos por una parte fija y otra variable vinculada al resultado del caso.
Al igual que sucede en el póker, quien inicia un proceso puede terminar ganando o perdiendo dinero. Hay casos incluso en que se gana el juicio, pero se pierde dinero, como sucede por ejemplo cuando se reclama una suma de dinero contra una persona insolvente, la cual en definitiva nunca pagará.
Estos costos deben analizarse detenidamente a la hora de fijar las expectativas económicas de un proceso judicial. Por otro lado, este análisis es un insumo importante al evaluar posibles escenarios de negociación.
Además de los costos financieros, es crucial considerar los costos emocionales y relacionales. Enfrentarse cara a cara en los tribunales con personas cercanas, como familiares, socios o amigos, puede generar estrés y ansiedad, pudiendo dañar severamente algunas relaciones personales.
Todas estas consideraciones deben ponderarse seriamente antes de decidir iniciar un proceso judicial.
La estrategia legal, al igual que en el póker, requiere un enfoque equilibrado que considere tanto los aspectos financieros como los emocionales y aportar los insumos para realizar esa es una de las funciones del abogado.
