El tío Tomás estaba casi ciego. Todas las mañanas su hija Raquel lo llevaba del brazo desde su cuarto hasta una silla en el patio, donde se sentaba a tomar mate.
Lo acompañaba una pequeña radio Spica en su funda original de cuero, que según me contó alguna vez, la había comprado con su primer aguinaldo, en una tienda del pueblo cerca de la arrocera donde trabajaba en el año 1966.
Hoy esa radio la tiene Raquel, su hija, no solamente como un recuerdo de su padre, sino que a veces le cambia las pilas y escucha en ella el informativo, mientras toma mate sentada en el patio.
La mítica radio Spica modelo ST600 fabricada en Japón, por al empresa Sanritsu Electric Co.Ltd., fue de las primeras radios portátiles a transistores que llegó al Río de la Plata.
Parte del prestigio de las marcas en esa época se ganaba justamente por la perdurabilidad de sus productos. Esto pasaba con todos los productos, las radios, las heladeras, los autos y hasta la ropa.
Un cambio en la estrategia
Las estrategias de producción y venta han cambiado y hoy ya nadie espera que un producto funcione correctamente por muchos años.
Esto se encuentra vinculado a la necesidad de las empresas de vender su constante producción entre los mismos clientes (me venden un celular cada 24 meses).
El problema se genera cuando las empresas limitan a propósito la vida útil de sus productos sin que sus clientes lo sospechen, fenómeno que recibe el nombre de obsolescencia programada.
El ejemplo más antiguo que encontré, eran empresas que fabricaban lámparas eléctricas y que para aumentar sus ventas, las programaban para quemarse en determinado tiempo de uso, obligando a las personas a comprar lámparas con mayor frecuencia.
Tal vez el caso más reciente y notorio lo protagonizó la empresa Apple, que reconoció haber introducido un algoritmo para ralentizar el rendimiento de las baterías, de los celulares de modelos más antiguos.
Usuarios de la marca en Estados Unidos entendieron que se trataba de una maniobra para obligarles a comprar celulares nuevos e iniciaron un juicio contra la empresa, que terminó con un acuerdo firmado en 2020, por el cual la empresa se obligó a pagarles una indemnización.
La obsolescencia programada, es una decisión deliberada del fabricante para aumentar sus ganancias, que resulta cuestionable por los siguientes motivos:
- Se acorta la vida útil de un producto que podría seguir funcionando sin problemas por más tiempo.
- El consumidor queda cautivo de la situación y es obligado a adquirir un nuevo producto, pues el que tiene deja de funcionar.
- Afecta al medioambiente al producir enormes cantidades de residuos de productos desechados.
- La constante producción consume de manera ilimitada recursos limitados que tienden a agotarse.
En la medida en que este fenómeno afecta principalmente aparatos electrónicos, que no se fabrican en nuestro país, resulta difícil encontrar antecedentes judiciales vinculados al tema.
Deber{iamos estar prevenidos, informarnos antes de la compra y en lo posible practicar y promover el reciclaje de los aparatos que ya no usamos.
